El pasto natural es lindo, sí. Pero mantenerlo verde, parejo y libre de barro todo el año es cada vez más difícil y caro.


Con el césped natural necesitás:

  • Cortar cada 15 días

  • Regar todos los días (y pagar esa agua)

  • Fertilizar y usar productos

  • Controlar hormigas y bichos

  • Esperar a que crezca de nuevo si se quema o se encharca


Con el césped sintético:

  • Ahorrás hasta un 70% en agua

  • No tenés que cortar, regar ni fertilizar

  • Lo colocás una vez y te olvidás

  • Está verde todo el año, aunque no llueva

Y el cambio es inmediato. Instalás y desde el primer día ya podés disfrutar.
Por eso cada vez más personas lo eligen: por tiempo, ahorro y comodidad.